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Gestión de conflictos, mediación y promoción de la convivencia

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Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer

El próximo viernes, 25 de noviembre, se celebra el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer y, por este motivo, queremos dedicar el post de esta semana a esta cuestión, definiendo brevemente la relación existente entre esta problemática y el Triángulo de la Violencia de Johan Galtung que supone una de las teorías fundamentales para el manejo de los conflictos y la construcción de unas relaciones pacíficas.

Desde el 25 de noviembre hasta el 10 de diciembre (Día de los Derechos Humanos) se llevará a cabo la campaña 16 días de activismo contra la violencia de género cuyo objetivo es sensibilizar y movilizar el mundo entero para lograr un cambio.

¿Por qué este Día internacional?

La respuesta es bastante obvia. Sin embargo, creemos conveniente explicar cuáles son las principales motivaciones que define Naciones Unidas para la existencia de este día internacional.

La violencia contra la mujer es una violación de los derechos humanos, es consecuencia de la discriminación que sufre, tanto en leyes como en la práctica, y la persistencia de desigualdades por razón de género.

La violencia contra la mujer afecta e impide el avance en muchas áreas, incluidas la erradicación de la pobreza, la lucha contra el VIH/SIDA y la paz y la seguridad.

La violencia contra las mujeres y las niñas se puede evitar. La prevención es posible y esencial, puesto que sigue siendo una pandemia global. Hasta un 70% de las mujeres sufren violencia en su vida.

La escuela de cultura de paz de la Universitat Autónoma de Barcelona define la violencia como “actitud o comportamiento que constituye una violación o la privación al ser humano de algo que le es esencial como persona (integridad física, psíquica o moral, derechos, libertades…)”. De esta manera, los estudios sobre la violencia se asientan sobre dos problemas: la utilización de la violencia y la legitimación de su uso.

El Triángulo de la Violencia de Johan Galtung (1989)

Respecto a la violencia Johan Galtung hace una distinción entre tres tipos, interrelacionados entre sí: violencia directa, violencia estructural y violencia cultural.

Violencia Directa

La violencia directa, la más visible, es aquella que se ejerce de persona a persona, donde podemos identificar tanto víctimas como victimarios.

Generalmente se da en las relaciones asimétricas, como es el caso de los distintos tipos de violencia contra la mujer, los cuales se sujetan en una estructura en la que las relaciones de poder generan desigualdad. Por tanto, podemos concluir que las consecuencias directas de la violencia de género suponen un tipo de violencia directa.

Violencia Estructural

La violencia estructural (Galtung 1969) constituye la violencia intrínseca a los sistemas sociales, políticos y económicos mismos que gobiernan las sociedades, los estados y el mundo, esto es, es la violencia que forma parte de la estructura social.

Hay violencia estructural cuando las condiciones del sistema son desequilibradas y benefician a algunas personas en detrimento de otras. Tiene sus raíces en cómo se configura el funcionamiento de un sistema social: la forma en que se distribuye el poder, cómo se organizan los espacios y tiempos, como se establecen las normas y códigos de funcionamiento, cómo se distribuyen los recursos o como se dirigen las actuaciones. La pobreza, represión, etcétera, son muestras de violencia estructural. Efectivamente, la violencia de los sistemas (hambre, miseria, analfabetismo, incultura, dependencia, desigualdades de género, contaminación), sus causas, mecanismos y resortes están en muchas ocasiones velados por otras circunstancias que, además, hacen que sean más difícilmente perceptibles por los seres humanos.

 

Violencia Cultural

La violencia cultural son “aquellos aspectos de la cultura (…) que puede utilizarse para justificar o legitimar la violencia directa o estructural” (Galtung, 2003).

El mecanismo psicológico por el que este tipo de violencia cala en el ser humano es la interiorización, que el autor nombra con el concepto de alienación: interiorización de la cultura. Así, explica que la cultura profunda es un almacén de suposiciones que damos por hecho como normal o natural, sin cuestionarlos. Este tipo de cultura de violencia hace que los otros dos tipos de violencia parezcan correctos o al menos no equivocados.

El etnocentrismo y el sexismo son aspectos importantes de esta violencia cultural. La ideología que se transmite es la del hombre, blanco, urbano, de clase media o media alta, integrado en la sociedad.

 

 

Volviendo a Naciones Unidas, como ejemplo encontramos entre los Objetivos de Desarrollo Sostenible la meta específica de poner fin a la violencia contra las mujeres y las niñas.

Objetivo 5: Lograr la igualdad entre los géneros y empoderar a todas las mujeres y las niñas

Sin embargo, una de las principales dificultades para prevenir y poner fin a la violencia contra las mujeres y las niñas en todo el mundo es la marcada insuficiencia de fondos, que determina que los recursos para estas iniciativas sean sumamente escasos. Esta cuestión permite que la violencia directa contra las mujeres y las niñas continúe perpetuándose, a través de esta violencia estructural (como es la insuficiencia de recursos para su eliminación) que se asienta a su vez, en una violencia cultural en la que las relaciones de poder siguen siendo asimétricas en detrimento del género femenino.

A pesar de haberse producido avances a nivel mundial con relación a la igualdad de género a través de los Objetivos de Desarrollo del Milenio, las mujeres y las niñas siguen sufriendo discriminación y violencia en todos los lugares del mundo.

La igualdad entre mujeres y hombres no es solo un derecho humano fundamental, sino la base necesaria para conseguir un mundo pacífico, próspero y sostenible.

Fundación GizaguneDía Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer
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