Estado de alarma, crisis sanitaria, cuarentena, confinamiento… En este momento de tanta incertidumbre, en el que parece que todo cierra y todo son pérdidas, disponemos de algo de lo que posiblemente antes de esta crítica situación no disponíamos tanto: tiempo.

Tiempo para pensar, imaginar, crear, leer, inventar, tiempo para descansar, escucharse, acogerse con todo lo que en estos días se nos mueve emocionalmente. También tiempo para despertar la curiosidad, las ganas de aprender, tiempo para cuestionar e investigar sobre cualquier tema que se nos ocurra.

Y con todo este tiempo nos preguntamos, ¿por qué hacemos lo que hacemos? ¿qué nos mueve a hacer una cosa u otra? ¿qué empuja la motivación, desde lo más pequeño como un pestañeo a algo grande como la toma de decisiones que cambian la vida de una persona?

La motivación que empuja al movimiento

El psicólogo, psicobiólogo y neurocientífico Jaak Panksepp acuñó el término de neurociencia afectiva, como la rama científica que estudia los mecanismos neuronales de las emociones. En sus teorías Panksepp nos habla de los sistemas motivacionales y menciona concretamente siete, a través de los cuales las personas nos ponemos en acción para cualquier cosa que hagamos.

Un sistema motivacional es un sistema hormonal, neurológico y muscular, esto es, es un sistema de motivación que empuja al movimiento: de cómo usamos las emociones para hacer algo que necesitamos hacer.

Las personas nos ponemos en movimiento para dar respuesta a necesidades y nuestras acciones son realmente un proceso que requiere la activación de ciertas hormonas que activan el sistema neurológico para que se active el músculo (lo conductual) para satisfacer estas necesidades.

Los 7 sistemas motivacionales de Panksepp

1. Curiosidad / búsqueda. Es el proceso por el cual nos ponemos en movimiento para buscar aquello que nos pueda satisfacer. Se activa para cubrir un déficit, un anhelo o una necesidad en cualquier dirección. Es la función de exploración. La curiosidad es el sistema motivacional de búsqueda de satisfacción. Búsqueda de la homeostasis. (incluso cambiar de postura).


2. Juego: Es un sistema motivacional fundamentalmente mamífero. Los mamíferos aprendemos jugando. El juego nos lleva al aprendizaje, la diversión, lo lúdico y a la relación. Jugando se aprenden capacidades y limitaciones propias. Es un ensayo.


3. Temor / ansiedad (desconfianza). Es el miedo relacionado con la inseguridad, la incertidumbre, en el que la persona percibe internamente que está en una situación en la que siente que no puede hacer prácticamente nada por salir de ella. Es claramente reptiliano, nos mantiene alerta y nos lleva a un estado de ansiedad alto. Tener miedo es adaptativo, sirve para evitar peligros. El miedo en primer nivel, nos lleva a la precaución. En su extremo colapsado este sistema se convierte en parálisis.


4. Ira (empoderamiento). Es un uso alto de energía con un afán, una intención de modificar algo del entorno. Es energía con intencionalidad de cambiar algo, de modificar algo que no está bien. Sirve para adaptar el entorno a mis necesidades.


5. Deseo sexual / pasión. La pasión es una forma de gestionar el deseo sexual. No hay tanta diferencia entre estar excitado/a sexualmente y sentirse apasionado. Es el sistema más potente, con mayor energía. Es la energía más motivadora y que genera más capacidad de cambio. Tiene que ver con el deseo de contacto con la vida.


6. Pánico / aflicción / angustia. Es diferente al sistema de temor. En el pánico se activa tristeza, amor, abandono, pérdida… Es el extremo al pánico relacionado con ser abandonado. Es un sistema motivacional que nos lleva a poder experimentar el miedo a la pérdida y el dolor como activador. Está vinculado a poder soportar y manejar las pérdidas.


7. Crianza / cuidado fundamental del otro. Aquí entra la empatía, la solidaridad y un cierto tipo de amor. El cuidado del planeta, la ternura, la vinculación…

Según Panksepp es a través de estos 7 sistemas con lo que las persona cubrimos todas y cada una de nuestras necesidades. En función de la situación, se activará uno o varios u otros.

Por tanto, el esquema básico sería, ante cualquier situación (grande, pequeña, complicada o imperceptible…) se nos despierta una o varias emociones que generan una necesidad que, para cubrirla, nuestro organismo activa ciertas hormonas que ponen en marcha nuestro sistema neurológico y activan lo conductual, el músculo, llevándonos a la acción para así cubrir la necesidad concreta y buscar el equilibrio.

Ahora que conocemos este esquema podemos dedicar tiempo a conocernos mejor y explorar la manera en la que estos sistemas motivacionales se activan y actúan en nosotras/os, cuáles guían más nuestras relaciones, cuáles están más presentes en esta situación tan distinta a todo lo que hemos vivido nunca. Explorando estos sistemas podremos conocer cuál es nuestro propio mapa subjetivo emocional.

Conocernos mejor contribuye a un mayor bienestar y en tiempos de aislamiento el autocuidado es militancia. 

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