En el anterior post sobre reuniones de equipo, hicimos un guiño a esos momentos de encuentro llamados reuniones, en los que las expectativas no siempre se cumplen y en ocasiones nos dejan con sabor agridulce.
Esperando despertar de nuevo vuestra reflexión, os proponemos como primera idea el “para qué” de esa reunión que hemos programado. Si están los objetivos claros, podremos identificar la temporalidad de las reuniones para que sean más efectivas.
Reuniones efectivas según objetivos
Para conseguir que nuestras reuniones de trabajo sean efectivas deberemos planificarlas en el tiempo según lo que queramos conseguir:
- Si el objetivo es informar sobre algo genérico y además motivar e implicar bastará con realizar reuniones anuales; por ejemplo a principio de curso en un centro escolar o a comienzos de una nueva campaña, etc. Estas reuniones deben estar muy bien preparadas por la persona que dirige la entidad; además será quien lleve el peso de la misma.
- Si lo que se pretende es informar, pero además queremos revisar la participación y compromiso de los y las trabajadoras, se harán reuniones mensuales. En esta ocasión, aprovecharemos las reuniones mensuales para hablar sobre determinados problemas que estén surgiendo, el cómo resolverlos de forma lo más creativa posible… No estaría de más, aprovechar para reconocer los logros tanto grupales como individuales, por muy pequeños que sean.Esto ayudará a mantener algo muy importante en el logro de objetivos, como es la de los y las trabajadoras.
- También podemos querer hacer simplemente un feedback, con idea de obtener una visión general de los compromisos y de los objetivos que se van adquiriendo. Tener una visión general de las dificultades, ver si las responsabilidades se van cumpliendo o no… Para esto basta con hacer reuniones semanales, bien al principio o al final de la misma.
- Por último,tendríamos las reuniones diarias. Estas reuniones son para organizar el día a día, solucionar problemas inmediatos o no, y sobre todo para no perder la perspectiva y la orientación hacia los objetivos generales marcados. Conseguiremos mantener la implicación y seguramente la motivación. Y no olvidemos en estas reuniones diarias también seguir teniendo presentes aquellos éxitos y celebrarlos.
Entonces, ¿para cuándo quedamos?
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