La proyección es un mecanismo de defensa que opera en cualquier estructura de personalidad y hoy en día es considerado un pensamiento totalmente natural y normal en la vida cotidiana de cualquier persona.
Las proyecciones consisten en que un sujeto atribuye a otra persona sus propias virtudes, defectos, carencias, faltas, ideas, reacciones etc, porque le resultan inaceptables para sí mismo.
Proyecciones negativas y positivas
Tenemos 2 tipos de proyecciones: por un lado las negativas. Estas operan en los conflictos, cuando atribuimos a la otra persona, los sentimientos, impulsos y pensamientos que nos cuesta aceptar como propios, porque nos generan angustia, ansiedad, etc.
Por otro lado, tenemos las proyecciones positivas: estas actúan cuando atribuimos a la otra persona, las cualidades dignas de ser admiradas, ser amadas, envidiadas, etc.
Las proyecciones son un habitual, incluso necesario procedimiento de las personas; y va a depender que utilicemos el positivo o el negativo, en función de la auto percepción que tengamos de nosotros y nosotras mismas.
A continuación os mostramos algunos ejemplos muy sencillos de distintos tipos de proyecciones con las que nos “ocultamos”:
- Proyección afectiva: decimos que a una persona le caemos mal, cuando realmente es a nosotras mismas a la que nos cae mal.
- Proyección de una necesidad: atribuimos a la otra persona nuestra necesidad, por ejemplo arropar a un niñ@ cuando un@ tiene frio, o le damos al otro el consejo que necesitamos para nosotr@s. “
- Proyección emocional: cuando decimos “hoy la tarde está triste”.
- Proyección de rasgos propios: cuando por ejemplo, un padre dice al hij@ “eres un egoísta”.
Creamos nuestra realidad a través del mecanismo de la proyección. Y tal y como hemos mencionado anteriormente, las proyecciones, que sean positivas o negativas, dependerán de nuestro propio auto concepto. Tal es así, que en las situaciones que vivimos a diario, en nuestro trabajo, con nuestra pareja… lo bueno y agradable que vemos, también es espejo de nuestro interior. Por lo tanto, el trabajo irá encaminado a que vayamos aprendiendo a aceptarnos, a conocernos más y mejor, para que la percepción de la realidad, es decir las proyecciones, vayan encaminadas a una proyección e interpretación de la realidad más positiva.
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