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Gestión de conflictos, mediación y promoción de la convivencia

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¿Por qué conflictúa nuestra mente?

Cuando hablamos de conflicto, nuestra mente recrea o recuerda una situación de tensión externa, donde algunas personas (incluso podemos ser nosotros/as), mantenemos una conversación airada cuando menos. Pero hay un proceso mental que no tenemos en cuenta: el proceso de pensamiento que se genera para transformar situaciones en conflicto.

Nuestra mente procesa cantidades ingentes de información, para poder entenderla suele utilizar atajos y un proceso complejo que permite dar significado a lo que ocurre a nuestro alrededor.

Cómo es el proceso de pensamiento y dónde se genera el conflicto

1.- Ocurre una situación (no hace falta que sea objetiva, puede ser la percepción de que ha ocurrido): El estímulo externo no debe ser cualquiera, debe ser uno que nos llame la atención.

2.- Esto activa la emoción sorpresa, emoción neutra de corta duración que tiene como objetivo captar nuestra atención y fijarnos en algún aspecto concreto. Esta actividad es inconsciente y aunque parece sencilla requiere una actividad mental extraordinaria.

1. Evaluación primitiva

Una vez fijada nuestra atención, nuestra mente realiza una primera evaluación (evaluación primitiva) que únicamente alcanza para realizar la valoración de si la situación observada ha generado “agrado o desagrado”. Es esta igualmente una actividad inconsciente, aunque deberíamos hacerla consciente ya que muchas situaciones de conflicto suceden por esta valoración que realizamos.

Si la valoración es de agrado, la emoción sorpresa transita a alegría. Si es desagrado, normalmente sentimos enfado (aunque sea en grado bajo inicialmente) y suele propiciar pensamiento confrontativo, no con la situación que es lo que debería ocurrir,  si no con la persona.

2. Traducción del estímulo

Después de esta actividad nos encontramos con el segundo filtro mental que nos permite entender la situación. Pero la situación la “entendemos” apelando a nuestros recuerdos, es decir, si la valoración primitiva es positiva, apelaremos a los recuerdos positivos que tengamos de situaciones parecidas o con esta persona y nuestro estado de ánimo será positivo. Si ha sido negativo haremos lo mismo pero en sentido contrario. Es importante por lo tanto, acumular y poner en valor recuerdos positivos para que la tendencia en nuestra evaluación de cualquier cosa que realicemos sea positiva.

En esta fase por lo tanto es darle significado, “traducir” ese estímulo exterior.

En caso de que nos parezca negativo el comportamiento, la acción y en consecuencia la persona lo ubicaremos en la zona de recuerdos negativos de esta persona, que en ocasiones no llegamos a entender del todo (sobre todo porque no hablamos con la otra persona sobre esto en concreto), esta acumulación de recuerdos negativo es lo que constituye el conflicto latente. Es decir, acumulamos recuerdos negativos que saldrán a la luz en cuanto ocurra un “hecho crítico” que pase la situación de latente a manifiesta.

Muchos conflictos se crean por no “liberar” recuerdos negativos de alguna persona que se van acumulando y que estallarán más adelante.

3. Atribución de responsabilidad

Después de ello aparece el tercer filtro. En este filtro se atribuye la responsabilidad por la acción, nuestra mente siempre atribuye la “culpa” a la otra parte en conflicto gracias al proceso de “autoengaño”. Este proceso sucede en nuestra mente la fase dos de conflicto y eso es posible porque desde el inicio, el proceso mental de entendimiento va orientando la interpretación de lo ocurrido hacia la responsabilidad o culpa ajena.

En este tercer filtro también valoramos el potencial de afrontamiento. Es decir, todas las personas hacen cosas que llaman la atención e incluso que se valoran negativamnte, pero únicamente hay algunas con las que conflictuamos. La selección de si “merece la pena o no”, ocurre en este tercer filtro. Como último elemento tendremos nuestro comportamiento.

Conociendo este proceso, deberíamos hacer conscientes algunos filtros, como por ejemplo la valoración primitiva que realizamos, para darnos oportunidades y no generar tensiones innecesarias. En caso contrario, podemos dar pie a conflictos innecesarios.

Fundación Gizagune¿Por qué conflictúa nuestra mente?
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