Hoy queremos contaros una historia, podría ser un “cuento”, pero, en realidad, se trata de una historia real: fue un caso de divorcio, cuyo proceso de mediación fue dirigido por Michel White que nos ayudará a entender cómo funciona la perspectiva narrativa.

Una pareja acude a Michael White para divorciarse, decidida a hacerlo de forma dialogada. Durante la sesión de mediación, la pareja comenzó a pelearse, discutió durante al menos, 10 minutos y, después continuaron con la pelea. Entonces, Michel White, les interrumpió y les dijo: “entiendo que me expliquéis vuestra historia del conflicto, pero no necesito que sigáis explicándomela”, agradeció la explicación del problema y, después preguntó: “¿Esa forma de comunicaros, os va bien? ¿Podría haber otra cosa que os fuera mejor?”

La pareja afirmó que no les iba bien de esa manera, les resultaba muy frustrante, pero no podían dejar de discutir. Entonces Michel les preguntó: “¿y qué es lo que podríais hacer?” A lo que la pareja respondió: “nos gustaría tener una conversación civilizada sobre nuestros hijos”.

Michel les preguntó qué entendían ellos por conversación civilizada y la pareja empezó a dar ejemplos de lo que significaba. En este momento, la pareja comenzó a tener una conversación civilizada.

El poder de la pregunta

Lo que Michel White hizo con esta pareja fue fundamental. En primer lugar, mostró reconocimiento, agradeciendo a la pareja por explicar su historia y, a partir de ahí, utilizó el poder de la pregunta para hacer a la pareja cambiar el foco de atención, comenzar a pasar de la historia del conflicto, a la historia de la relación, generando puntos comunes y sentimientos compartidos que, hasta entonces, no habían sido capaces de reconocer.

Así, los 10 minutos iniciales que ofreció el mediador a la pareja, con paciencia y no interferencia, supuso una muestra de respeto y escucha profunda para el entendimiento de la historia. Además, utilizó la metacomunicación, para hablar de la historia de la relación, en lugar de la historia del conflicto.

En la práctica de la narrativa todas las personas tienen sus versiones y perspectiva de su historia, por ello, es fundamental ser conscientes de que existen diferentes historias/narrativas, existen otras perspectivas. Lo importante es pasar de la primera narrativa, centrada en el problema, a la segunda, en la que se consiguen tener conversaciones civilizadas. Por ello es fundamental la externalización: separar a la persona del problema.

En esta historia Michel White demuestra a la pareja que confía en ellos para adentrarse en sus propios conocimientos, les permite salir del conflicto y verlo desde afuera, para encontrar el contraste entre la historia del problema y la historia alternativa, generando en ellos reflexión. Para ello, es fundamental seguir una secuencia correcta en las preguntas, primero, reconociendo el problema y la narrativa asociada al mismo, para desde ahí, construir una historia alternativa a ese problema.

3 elementos clave de la perspectiva narrativa

Para comprender el funcionamiento de la perspectiva narrativa, es necesario entender tres elementos:

1. Las personas en conflicto quedan atrapadas en historias dolorosas con las que no están contentas.
2. A las personas les gustaría que la relación fuera de otra manera, además, la mayor parte de la gente invierte mucho esfuerzo en lo que no quieren, pero, cuando se les pregunta por lo que sí quieren tienen dudas y el tono cambia. La cuestión es ver las cosas desde lo que las personas preferirían.
3. La resolución de conflictos implica separarse del patrón del “NO me gustaría…” (historia del conflicto) y construir una historia nueva, desde lo que les gustaría de la relación.