Este año paramos para agradecer y celebrar a quienes fueron para que nosotras seamos. Este año ocupamos las calles para que se sepa que Detrás de una mujer empoderada, ha habido otra mujer impulsándola a serlo. El feminismo no es algo ajeno a las mujeres de nuestra vida, los movimientos pequeños han sido los primeros pasos de un baile intergeneracional en el que aprendemos de aquellas.
Es por esto que hoy queremos poner en valor a nuestras Angelas Y. Davis de Km. 0, nuestras amamas.
Gracias a Juana, por transmitirme que la ropa que llevo no me define y que yo puedo ser la mujer que dirija mi negocio sin la necesidad de que nadie me valide.
Gracias Constantina, por transmitirme la confianza de creer en mis emociones y de no tener vergüenza de decir las cosas bonitas, que vergüenza nos tiene que dar hablarnos mal.
Gracias a Rita, por enseñarme que la tierra es para quien la trabaja.
Gracias a Pilar, por enseñarme a que las mujeres somos válidas y empoderadas por nosotras mismas.
Gracias a Ana Rosa, por transmitirme la importancia de tener mi propio patrimonio y por inculcarme la importancia del lenguaje de género.
Gracias Pilar, por enseñarme que las normas sociales solo son importantes si te las crees, puedes elegir tener otras.
Gracias a Maria, por instruirme en el buen amor, ese que no pone en el centro el sexo de la persona y sí la calidad y calidez de la relación.
Gracias a Carmen, por no regirte por las normas sociales de tu época sobre matrimonio y la maternidad.
Gracias a Agus, por afrontar la adversidad con una sonrisa con los labios pintados de rojo y el aspersor de la ilusión en marcha.
Gracias a Macus, por transmitirme el valor de tomar mis propias decisiones y la importancia de hacer mi camino.
Gracias Mª Antonia, por inculcarme la perseverancia y constancia hacia tu propia autonomía a pesar de no ser aprobada por los demás.
Gracias Charo, por enseñarme y compartir ese amor por la tierra, por las raíces y la cultura materna. Por inculcarme la importancia de conocer más mujeres, viajar y enriquecerse de ellas.
Gracias a todas esas amamas que nos abrieron el camino a lo que hoy son derechos fundamentales.
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