Escuchamos cada fin de semana noticias de normas incumplidas, fiestas clandestinas o conductas incívicas que atentan contra la salud, a veces, protagonizadas por personas jóvenes y todo enmarcado en un momento tan delicado como en el que nos encontramos.
Es habitual que escuchemos e incluso pensemos frases como: “las personas jóvenes consideran que esto es un juego” o “se creen que son invencibles”.
El ocio de las personas jóvenes durante la pandemia
La situación de pandemia actual, no ha hecho más que evidenciar la falta de espacios, recursos y alternativas de ocio seguras, de calidad y gratuitas para las personas jóvenes. En la situación actual, lejos de intentar fomentar o generar un ocio sano, alternativo y gratuito, se ha dejado a las personas jóvenes sin los pocos espacios de ocio accesible y gratuitos de los que disponían.
Bibliotecas, gaztelekus, actividades deportivas, eventos culturales están cerradas actualmente en la mayoría de los municipios, y algunas alternativas de ocio como las lonjas juveniles no han vuelto a abrirse desde julio.
Los espacios que encontramos abiertos en muchas de las ciudades son espacios exclusivamente destinados a la infancia; hasta ahora las alternativas de ocio de las personas jóvenes pasaban por juntarse en locales hosteleros o reunirse en casas particulares, donde además se multiplica el riesgo de contagio.
Quizás ha llegado el momento de reflexionar sobre los modelos de ocio actuales para las personas jóvenes, para poder ofrecer alternativas de ocio de calidad. Creando espacios participativos, para que puedan ser ellos y ellas también quienes decidan qué tipo de ocio necesitan.
El objetivo de este post no es cuestionar si las personas jóvenes están o no actuando de una forma correcta y responsable, sino invitar a una reflexión a la que por la situación en la que estamos viviendo deja más que nunca en evidencia la falta de alternativas de ocio de calidad y accesible para este grupo de personas.
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