El centro educativo es un espacio de aprendizaje, no exclusivamente se adquieren competencias vinculadas a las materias que trabajan sino que también se desarrollan capacidades personales y colectivas que se aplican a las relaciones que mantenemos, que facilitan o dificultan la calidad de los vínculos que establecemos.
Es por esto que los centros educativos han incorporado actividades para trabajar la igualdad, el medio ambiente, la paz, entre otros valores, a su currículo. No es raro encontrar en las paredes de los centros educativos mensajes como: “Todos somos iguales”. Estos mensajes suelen ir acompañados de dibujos en los que aparecen niñas y niños que tienen pintada su piel con distintos colores: naranja, marrón y amarillo, generalmente.
Igualdad vs equidad
Son mensajes que reivindican Justicia Social pero pervertidos con la vieja idea de que hay que tratar a todas las personas de la misma manera. Se está confundiendo ser igual con igualdad. Estamos hablando de igualdad de participación, igualdad de oportunidades, igualdad de acceso.
Evidentemente tienen necesidades compartidas. Necesitan sentir aprecio, cariño, apoyo, cercanía, confianza y comprensión.
- No somos iguales porque Zubhaida necesita apoyo en clase ya que llego hace dos semanas de Argelia.
- No somos iguales porque Ane necesita que adaptemos los materiales a su falta de visión.
- No somos iguales porque a Jose se le da mejor la clase de música que la de matemáticas porque su padre toca en un grupo.
- No somos iguales porque Agmed necesita menú especial para persona celíacas ya que su cuerpo no tolera el glúten.
- No somos iguales porque Eneko necesita poder levantarse de su silla mientras está en clase por tener diagnosticado un síndrome de TDH.
- No somos iguales porque Lee necesita tener una profesora de apoyo en clase por tener Síndrome de Down.
Si nos fijamos en el mensaje que se manda es terrorífico, ¿realmente alguien cree que las niñas y niños son iguales? No lo son, ni lo serán.
Atendamos la diferencia, reconozcamos la competencia y caminemos hacía la satisfacción de la necesidad.
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