La comunicación con el alumnado es uno de los grandes retos que se nos plantea cuando trabajamos las relaciones entre personas en los entornos educativos. rabajar la comunicación analógica es fundamental, ya que existe un mayor consenso en lo que la comunicación digital representa.
En el caso de la comunicación analógica al ser más sutil, interpretable y automática existen mayores resistencias o dificultades para trabajarla.
El primer paso es tomar conciencia de lo que hacemos, es por esto que os presentamos el estudio que Brophy (1983)1 realizó observando los comportamientos entre profesorado y alumnado en las aulas.
Si no le he dicho nada…
Identificó 17 tipos de conductas del profesorado, por medio de las cuales muestran su actitud hacia el alumnado en los que tienen pocas esperanzas y, que además, interfieren negativamente en su aprendizaje:
- Al responderles lo hacen de una forma menos sonriente, cálida y amable.
- Es el profesorado quien le da la respuesta o preguntan al resto de la clase.
- Son premiados de manera inapropiada.
- Ante la duda les bajan la nota.
- Alaban y prestan menos atención a su existo.
- A las intervenciones públicas de este alumnado no se da una respuesta pública.
- Reciben menos atención y hay menos número de interacciones.
- Les hacen menos preguntas.
- Existe mayor distancia física entre su asiento y el del profesorado.
- Les piden cosas menos veces.
- Se percibe una diferencia entre el acercamiento hacía alumnado con bajas expectativas que hacia el de alta expectativas.
- Utilizan métodos menos instructivos.
- Tiene unas valoraciones más duras hacia sus intentos fallidos, mal llamados fracasos.
- Les dejan menos tiempo para que respondan.
- La relación es menos amistosa.
- Reciben menos explicaciones.
- Las respuestas que reciben son más breves y de menos contenido pedagógico.
Estos puntos pueden servirnos como indicadores para saber cómo nos estamos relacionando con el alumnado, ya que esto condicionará su resultado no solo académico sino relacional.
] Jere Brophy y Thomas L. Good, PSICOLOGÍA EDUCACIONAL: Un enfoque realista, 1983.
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