En múltiples ocasiones confundimos el conflicto con un estallido puntual. Es decir, lo equivocamos con un hecho observable, denominado “hecho crítico”, que constituye una manifestación puntual de la animadversión. Es lo que coloquialmente conocemos como “la gota que colma el vaso”.
El conflicto es un proceso, no un hecho puntual. Para llegar a ese punto, el conflicto ha transitado un camino que permite a los adversarios y las adversarias, percibirse como “enemigos” y prepararse para el ataque. Este proceso se conoce como : escalada del conflicto.
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