Trabajar con las personas constituye un reto. Es indudable que somos personas sociales, lo que tiene muchas ventajas, pero no hay que negar sus inconvenientes, entre ellos la capacidad de las personas para generar conflictos.
Aunque los conflictos ofrecen también oportunidades, un conflicto bien gestionado tiene efectos muy positivos.
Entre ellos destacamos:
- Fomenta la cohesión grupal, cuando es resuelto en equipo y de forma satisfactoria (esta es la clave).
- Ayuda a establecer canalesy sobre todo estilos de comunicación eficaces que pueden perdurar.
- Fomenta la confianzaentre las partes haciendo sobresalir las semejanzas en vez de las diferencias.
Teniendo en cuenta el beneficio que el conflicto puede tener para las organizaciones, dejemos de intentar erradicarlo y de culpabilizar a las personas. La clave consiste en aprender a gestionarlos adecuadamente. Pero la buena voluntad no siempre es eficaz, y es necesario contar con profesionales que ayuden a gestionar estas situaciones, o que habiliten a las personas y a los equipos, para tener estas competencias.
¿Qué hacemos?
Se trata de integrar en el campo de las organizaciones las herramientas para gestionar conflictos. Con esto se conseguirá:
- Mayor motivación y realización profesional.
- Mejora de los entornos laborales.
- Favorecer la creación de entornos laborales saludables.
- Desarrollar la capacidad para la gestión del conflicto en el ámbito laboral.
- Fomentar la cooperación como vía para la consecución de objetivos.
- Generar espacios libres de conflicto que promuevan relaciones positivos.