¿Se sabe qué son los buenos modales? ¿es posible, quizás, que hayan perdido valor? ¿ya no son buenos? Probablemente os habéis fijado, en el metro o en la calle, en cómo cada vez más vamos mirando al suelo inmersas/os en nuestro mundo, sin mirarnos. Si además sumamos una mascarilla que nos tapa media cara, parece que cada vez más resulta difícil encontrar un gesto pequeño de modales y cortesía, parece el inicio del deterioro de interacción social.
Malos modales e interacción social
Parece que estos gestos se van desvaneciendo de nuestra cultura, se van quedando como “anticuados”. Y así, un día llegamos a nuestro trabajo, nuestro vecindario o centro de estudios y parece que no vemos a las personas que nos rodean. Poco a poco y casi sin darnos cuenta, vamos empobreciendo nuestras conductas, nuestros modales, nuestra cultura y se empieza a gestar un problema social, cada vez más creciente.
Esta descortesía o estos gestos, por pequeños que parezcan, son signos de malos modales y falta de educación y es ahí donde incluso puede empezar a engendrarse la falta de respeto, pudiendo llegar a generar un conflicto.
No hablamos solo de un saludo o de su ausencia, sino de otros comportamientos como la falta de agradecimiento o la falta de atención mientras enviamos o leemos un mensaje en nuestro teléfono mientras alguien nos está hablando, etc. Probablemente, ya estás reconociendo muchos de estos gestos o modales en tu vida diaria o incluso en ti misma/o y es que cada vez es más habitual.
Por otro lado, no es de recibo atribuir este comportamiento únicamente a las personas más jóvenes, como suele ser habitual, ya que esto sucede en todas las franjas de edad, niveles culturales, clases sociales, etc. Así lo vemos en nuestro día a día en los llamados “conflictos de escalera y de patio”. Incluso en el plano laboral, parece que las personas se hablan, habitualmente y con naturalidad, con palabras de mal gusto e incluso desprecio.
Recuperar la interacción social
Más adelante volveremos sobre este tema, tan valioso y que de forma tan sutil genera malestar, tensión y mal ambiente. Algo que parece no tener importancia, ya que convivimos con ello casi de manera imperceptible, pero realmente sí la tiene y requiere de un ejercicio de poner atención a esos gestos en los que hoy queremos centrar la atención de este post.
Esperamos que esta breve reflexión nos sirva para poner atención y recuperar esos gestos de educación y de respeto que todas las personas nos merecemos. Gestos que son necesarios para generar un buen ambiente y en consecuencia ambientes exitosos, agradables, de dignidad, de educación y de bienestar social tanto en nuestro entorno laboral como vecinal, escolar, familiar…
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