Día a día me enfrento con tristeza a los medios de comunicación, en ellos se vierten con frecuencia noticias falsas -que son fáciles de desmentir-, noticias que contienen trazas de verdad -mucho más difíciles de gestionar-, noticias contrastadas, opiniones, juicios, valoraciones… todo revuelto en un cóctel que pretende mostrarse como la “realidad” y que nos abruma y envuelve porque carecemos de códigos para movernos en ese maremágnum.
Si esto fuera poco nos enfrentamos a discursos, más en época en la que nos encontramos, que están cargados de polarizaciones. Son narrativas centradas en la confrontación, la diferenciación y el conflicto.
Las personas que gestionamos conflictos sabemos bien la importancia de analizar estas narrativas y de cuáles son las características de las mismas, especialmente cuanto estamos en el punto de escalada del conflicto denominado “creación de imagen de enemigo”.
Las narrativas en los conflictos
Estos conflictos se caracterizan por narrativas:
- Ralas, es decir, son discursos, planos, simples, naifs… que simplifican hasta el absurdo la complejidad del mundo que nos rodea, y de los retos a los que nos enfrentamos, que construyen mundos de buenos y malos –casualmente quien emite el discurso siempre está del lado de la bondad, la ética y la decencia-. Son discursos que polarizan, que se mueven en blancos y negros, con bastante carga emocional y con elementos difícilmente contrastables.
- Saturadas, cargadas de ejemplos que ratifican la tesis de la que se parte, aunque sean ejemplos “maquillados” para confirmar la tesis de la que se parte. Estas historias saturadas de problemas dominan el discurso, y o bien esto justifica el por qué del conflicto o bien justifica el por qué la persona que emite el discurso puede ser la “única» opción válida para “salvar” el problema.
- Contexto: la historia dominante se sitúa cultural e históricamente. Los discursos que plagan los medios de comunicación son bastante diferentes a los de hace tres o cuatro años porque el contexto ha variado.
¿Os recuerda a algo? Creo que como ciudadanía tenemos la responsabilidad de ir más allá y analizar los discursos con una mirada crítica y exigir responsabilidades frente a discursos que dinamitan puentes y cierran opciones de diálogo en los que las y los diferentes podamos entendernos en una sociedad diversa y plural.
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