En este caso os proponemos un ejercicio muy simple. Os voy a pedir que cojáis papel y lápiz. Os pediré que dibujéis.
Tienes 10 segundos para dibujar una casa. Dibuja otra casa en 5 segundos. Una casa más en 15 segundos. Otra en 10 segundos y una última casa en 10 segundos.
Ahora, mira lo que has dibujado.
Este es un ejercicio típico que solemos hacer al inicio de muchas de nuestras formaciones. Pedimos que las personas dibujen casas, después les invitamos a moverse por el aula a observar qué han dibujado sus compañeros y compañeras.
De este sencillo ejercicio sacamos 3 conclusiones:
- Consenso social. La primera casa que dibuja casi unanimidad de las personas es una vivienda unifamiliar. Sorprendentemente al preguntar cuántas de ellas viven en el tipo de vivienda suelen ser casos contados. Es decir, la respuesta que la mayoría de personas reproduce es algo que es ajeno a su realidad, a su día a día. Responde al consenso colectivo de lo que se entiende que tiene que ser una casa, un significado no verbalizado, aprendido y no acorde con las propias vivencias, mostrando un desajuste entre lo que reproduzco y mi realidad concreta. En singulares ocasiones la primera casa que dibujan es una autocaravana, iglú, cueva, tippi, jaima y hasta han llegado a dibujar casa en árboles y hongos.
- Diversidad de matiz. A pesar de que pedimos que dibujen una casa, mandando el mismo mensaje a todas las personas a la vez en el mismo aula cada una dibuja una casa diferente Son matices sutiles, tales como el tamaño, ubicación, uso del papel, color de lápiz, número de ventanas, chimenea, jardín, ornamentación, trazado, etc. Es por esto que podemos afirmar que a pesar de que haya una petición de la emisora a las personas receptoras cada una la reproduce con matices sutiles que marcan la diferencia para con otras, diferenciándolas unas de otras y haciendo únicas cada una de ellas.
- Tendencia a sostener las ideas preconcebidas. La petición de que dibujen una casa se repite hasta en cinco ocasiones, y la gran mayoría la que pinta el mismo modelo de casa, vivienda unifamiliar, con más o menos adornos pero el mismo modelo. Esto nos confirma la tendencia de las personas a repetir mismas respuestas ante peticiones idénticas. Argumentando su elección e intentando justificar su inmovilismo y la falta de creatividad y etnocentrismo.
Un ejercicio para analizar el pensamiento divergente
Es por esto necesario que las personas trabajemos la creatividad, la particularidad, la imaginación, el atrevimiento, la disidencia y la alegría. Revisemos nuestras creencias y automatismos para descubrir un mundo más estimulante donde la diversidad sea un valor al alza que nos haga disfrutar de este viaje.
Os invitamos a hacerlo en vuestro entorno cercano y que nos comentéis vuestras experiencias.
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