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Vivimos una época, entre otras cuestiones, caracterizada por lo que se ha dado en llamar un entorno VUCA (acrónimo de Volatility-volatilidad, Uncertainty-Incertidumbre, Complexity-Complejidad, Ambiguit-Ambigüedad). Sobrevivir a esta situación exige una reformulación de la idea de inteligencia que aplicamos ahora en todos los niveles formativos.

El ámbito de la construcción del conocimiento no es ajeno a esta realidad más cuando nos encontramos en lo que Bauman (2003) denomina modernidad líquida, los elementos de solidez se han modificado, no hay respuestas únicas ni inequívocas, conviven, convivimos los y las diversas y tenemos que buscar estrategias frente a esa falta de referentes claros.

El cambio y las polaridades

La época actual se caracteriza por una constante, el cambio y las polaridades:

• Frente a la complejidad del mundo y de las relaciones, mayor especialización y por lo tanto simplicidad en los abordajes.
• Frente a la diversidad, (de opciones de vida, de familia, etc.) creación de micromundos homogéneos.
• Frente a mundos globales, fronteras nacionales
• Frente a la hiperespecialización, vulgarización (que no divulgación) y simplificación del conocimiento.
• Etc…

Desde la Fundación Gizagune entendemos que esta tensión generada entre los opuestos tiene un gran potencial de construcción, de energías renovadas en las que se destacan cuestiones como:

• Transversalidad del conocimiento, la innovación llega desde la convergencia de diferentes disciplinas que enriquecen miradas, complementan conocimiento, complejizan el análisis para simplificar las respuestas.

• Romper con los análisis frentistas, la mirada deficitaria frente a la mirada apreciativa, sumar ambos elementos, se complementan y son capaces de complejizar el análisis y dimensionar de forma más amplia la aproximación a la realidad.

• Necesidad de espacios libres, con un mínimo sostén de trabajo, pero sin un esquema rígido que no permita fluir o erupcionar las inquietudes de quienes lo componen.

• Trabajo cooperativo, desde compartir el mismo espacio de trabajo “co-working” hasta la generación de sinergias que confluyan en proyectos compartidos. Sea cuál sea el sistema, la ganancia es evidente, se potencia la inteligencia colectiva mediante el cruce de ideas, es favorecer la polinización –a modo de abejas- de inquietudes y propuestas generando conexiones improbables y en ocasiones imposibles.

• Necesidad de conceptualización. En temas como la gestión de conflictos, la mediación, la construcción de paz, esta es una temática muy dada a la acción y a la que tal vez enriquecerían nuevas miradas y nuevos aportes.

¿Cómo podemos generar estos espacios de construcción?¿cómo podemos trascender desde la óptica más individualista a un elemento de construcción de lo común?¿cómo podemos pasar al paradigma del ganar-ganar?

“No somos más que los ojos de los otros, y es a partir de la mirada de los otros, cuando nos asumimos como nosotros” Sartre (1971)